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La riqueza del deporte paralímpico: “Me ha marcado como persona”

  • Foto del escritor: El Deporte del Henares
    El Deporte del Henares
  • 25 may 2020
  • 6 Min. de lectura

Estamos acostumbrados a relacionar la palabra ‘deporte’ con términos como espectáculo, dinero, fútbol, televisión, publicidad… Sin embargo, su significado real es mucho más amplio, más ‘rico’, más humano. Es esfuerzo, resiliencia, compromiso, constancia, sacrificio, valentía. De todo ello entiende Begoña Luis, fisioterapeuta deportiva, cuya carrera profesional está íntimamente ligada a los deportistas paralímpicos, aquellos que representan a la perfección la palabra deporte, esa que tanto cuesta describir.

Begoña Luis, directora técnica del Equipo Cofidis de Promesas Paralímpicas.
Begoña Luis, directora técnica del Equipo Cofidis de Promesas Paralímpicas.

Actualmente, Begoña tiene 38 años y lleva experimentando en primera persona los verdaderos valores del deporte desde su infancia. “Empecé a hacer atletismo con 7 años y me lesionaba mucho. No había temporada sin lesiones. Entonces, la figura del fisioterapeuta estaba siempre muy presente porque con 14 años entrenaba todos los días y acababa lesionándome. Estuve dudando entre estudiar Educación Física o Fisioterapia, y al final me decanté por la segunda opción, pero siempre con el objetivo de acabar trabajando en deporte”, cuenta.


“El deporte ha estado presente en mi vida desde siempre”


“Mis primeras experiencias fueron incluso antes de acabar la diplomatura. En lo que antes se llamaba La Peineta, el actual Wanda Metropolitano, se celebrara el Meeting de Madrid, una competición internacional de atletismo. Me presenté voluntaria y ahí conocí a los servicios médicos de la Federación Española de Atletismo. Al año siguiente acabé y me llamaron a una concentración de la Federación Española de Deportes para Ciegos, la previa a Atenas 2004 en atletismo para ciegos”, relata la protagonista.


Así comenzó su contacto profesional con el deporte adaptado, pero fue mucho antes cuando se quedó impregnada del ciclismo para ciegos: “Recuerdo en 1998 que me crucé en la Gran Vía con un grupo de ciegos americanos. Luego supe que se celebraba el Mundial de deportes para ciegos. Me llamó muchísimo la atención”. Lo que no sabía es lo que le depararía el futuro.


“Mi contacto con la discapacidad era mínimo y me ha marcado mucho. Pasé de tener esa primera concepción de que las personas con discapacidad tenían una forma de vida muy limitada, a llegar a conocer a personas con vidas plenas, felices y totalmente completas”, reconoce.


“Un ciclista ciego me dijo: ‘La ruta de hoy era muy bonita’. Me impactó mucho”


Su relación con el ciclismo para ciegos comenzó en 2008, antes de los Juegos de Pekín. Algo le marcó entonces: “En los tratamientos, un ciclista ciego me dijo: ‘La ruta de hoy era muy bonita, me ha gustado mucho por dónde hemos entrado’. Me impactó mucho porque yo lo que me puedo imaginar es que ellos ven un fondo negro, que no es así realmente, pero como vidente piensas ‘¿Cómo puede alguien ver belleza cuando no ve?’. La belleza le venía a través de las sensaciones, el aire en la cara, la velocidad, el esfuerzo, la agonía de subir un puerto… Eso es la belleza para ellos”.

Begoña no ha dejado de compartir experiencias desde aquel día junto a deportistas paralímpicos, entre los que destaca a Juanjo Méndez (medalla de plata en Atenas 04' y en Pekín 08') y Aitor Oroza (campeón del mundo de fondo en carretera en 2006, 2007 y 2013): “En 2009, el ciclismo para ciegos pasa a formar parte de la Federación Española de Ciclismo. Me convocaron y lo primero que vi fue a Juanjo Méndez, un ciclista que en un accidente de moto perdió el brazo y la pierna del mismo lado, vestido de ciclista, con su casco. Yo intentaba entender cómo podía montar en bicicleta. Le pregunté al seleccionador, Félix García Casas, y me dijo que no solo montaba en bici, sino que lo hacía muy rápido. Efectivamente, así era. Lo que definitivamente me enganchó fue conocer a Aitor Oroza, que sufrió en el parto y presenta una parálisis cerebral muy acusada desde que nació. No anda 20 metros porque se tiene que ir apoyando en las paredes, va agarrado o apoyado en un bastón… pero en bicicleta era capaz de hacerse 45 kilómetros. El seleccionador me ofreció irme con él en bicicleta y yo, que llevaba toda la vida haciendo atletismo y estaba en forma, pensé que no iba a ser muy difícil. En la primera recta le perdí porque él sabía trazar con la bicicleta y yo no. Al final, la capacidad de la bicicleta es transformar a una persona con movilidad reducida en una persona con gran movilidad. Como fisioterapeuta me impactó mucho porque era realmente una herramienta terapéutica que conseguía la autonomía de la persona”.


“La bicicleta es una herramienta terapéutica para lograr la autonomía de una persona”


Como fisioterapeuta deportiva, Begoña ha cumplido el sueño de participar en los Juegos Paralímpicos. Lo logró en Londres 2012, en Río 2016 y, este año, lo iba a volver a hacer en Tokio. Tendrá que esperar hasta 2021 para hacerlo, de momento, se queda con el recuerdo de “una experiencia brutal”.

“Ir a unos Juegos, ya sea como deportista o como miembro del staff es increíble. La convivencia con países de todo el mundo, deportistas de primera fila, la ceremonia de inauguración, el ver cómo un deportista tuyo que se lo ha luchado sube al podio, o también cuando pasa algo y no se consigue el objetivo deseado… es un maremágnum de emociones. También es muy cansado, se trabaja muchísimo. Llega un momento que se solapan los días, pero es una experiencia para recordar toda la vida”, asegura.



De esas vivencias en la villa olímpica se queda con una anécdota vivida junto a Alfonso Cabello, una de las máximas figuras en el ciclismo paralímpico, que nació sin el desarrollo de un brazo y ha conseguido ganar una medalla de plata compitiendo campeonatos de ciclismo convencionales: “En Londres, rompió la cremallera del traje integral y se dejó los dorsales en la villa. El seleccionador me dijo que fuera a por ellos a la habitación, había que volver a la villa a por ellos y pasar dos controles de seguridad… Siempre digo que ese día se batieron dos récords del mundo, el que hizo él en el kilómetro que le proclamó campeón paralímpico y el mío en ir y volver a por los dorsales y el integral”, recuerda entre risas.


Deportista y emprendedora


En la actualidad, sigue haciendo deporte, viviéndolo en primera persona. Siempre y cuando su trabajo se lo permite, hace ciclocross (campeona de Madrid en Máster 30), canicross (segunda y tercera de la Comunidad), e incluso se ha atrevido con el duatlón (tercera de España en edad de 30 a 35 años). “No he dejado de competir nunca, es lo que más me gusta del deporte. Desgraciadamente, no tengo mucho tiempo para entrenar, pero lo que me gusta es ponerme un dorsal, los nervios de la noche previa, prepararme para cada prueba… Me gusta empezar las semanas sabiendo que el domingo tengo un nuevo reto”, explica.


En el año 2009, Begoña comenzó un proyecto personal con la apertura de su propia clínica de fisioterapia, llamada 'FisioSanfer' y ubicada en San Fernando de Henares. “Desde entonces, compagino la actividad privada con mi trabajo en la Federación Española de Ciclismo como colaboradora. En 2018 también pasé a dirigir un proyecto muy bonito llamado Cofidis Promesas Paralímpicas del ciclismo, donde buscamos talento ciclista en personas con discapacidad”, detalla.

Como emprendedora y autónoma, también ha tenido que hacer frente a las consecuencias de la crisis provocada por el COVID-19 y atravesar “momentos muy complicados”. “Han sido unos días muy tensos y delicados. Tengo trabajadores a mi cargo que tienen que pagar sus hipotecas, sus alquileres… Ahora, se presenta una situación de incertidumbre y seguimos sin ver claridad a final del túnel”, lamenta.


Pese a esta situación, Begoña se aferra a la vuelta de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), prevista para mediados del mes de junio, como “un halo de esperanza al que aferrarse, porque va a hacer que el resto de deportes vayan a la cola”.



Como fisioterapeuta cree que “los deportistas son los verdaderos protagonistas” y que el resto de integrantes de un equipo son “las piezas del reloj que hacen que funcione”. Se siente “muy afortunada” por la cantidad de veces que le dan las gracias en su día a día y destaca que “no hay mayor gratificación que ver cómo un deportista que ha pasado una lesión está compitiendo y va a cumplir con sus objetivos”.


“No hay mayor gratificación que ver cómo un deportista que ha pasado una lesión está compitiendo y cumple sus objetivos”


Como “persona ambiciosa” que es, Begoña confía en que la fisioterapia siga evolucionando y ganando peso en la sociedad como está haciendo en los últimos años: “Es importante educar a la población para que cuando tengan un problema de salud acudan a profesionales de la salud. No hay otra. La sociedad está cada vez más concienciada de acudir al profesional que toca, ya sea podólogo, psicólogo o fisioterapeuta. La legislación todavía es poco clara y se da cabida a que profesionales sin formación en salud acaben tratando a personas con problemas de salud”.


Por último, considera indispensable que “la prevención sea la gran herramienta de la fisioterapia, sin que se llegue a generar lesión”, un deseo que los fisioterapeutas podrán hacer realidad con el trabajo y la dedicación de grandes profesionales, como es el caso de Begoña Luis.



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